Hay triunfos que huelen a gloria.
Y luego está la victoria del Banco Sabadell sobre la OPA del BBVA, que huele más a laca de confeti mojado, a pólvora vieja y a purpurina corporativa pegada con saliva. Que sí, que ganaron. Eso nadie lo discute. Pero una cosa es ganar y otra muy distinta es que, pasado el colocón de la celebración, el castillo siga en pie… o al menos sin grietas visibles desde lejos.
Porque cuando se acabó la fiesta, cuando se recogieron las copas, cuando los discursos heroicos se guardaron en la carpeta “Éxitos Internos”, llegó el momento de mirar el mercado.
Y el mercado habló y no se queda callado.
Y no habló con dulzura.
En cuanto se apagaron los focos, la cotización del Sabadell hizo lo que hace cualquier soldado sensato cuando se da cuenta de que le han vendido cantimplora vacía, pues se se largó.
Dos dígitos, amigos.
Dos.
Como dos soldados tirando el fusil y diciendo: “Ya si eso, que otro aguante la bandera”.
Porque claro, una cosa es el relato corporativo y otra el polvo que levanta la verdad cuando aterriza.
La doctrina jurídica de “aquí no baja nadie del 3%, por mis Excel” y aquí entra el verdadero arte marcial de la banca moderna, creando normas no escritas que suenan a regulación divina pero que no están en ningún lado.
Los rumores sobre impedir que las acciones bajen más del 3% son el equivalente financiero a decirle a la gravedad que deje de tirar le manzanas a Newton hasta que se de cuenta.
Un acto de fe bancario.
Un milagro moderno.
O, dicho con precisión legal.
“Una aspiración estratégica no vinculante susceptible de evaporarse en cuanto haga falta.”
Pero eso sí, suena serio. Suena técnico. Suena a “sabemos lo que hacemos”, aunque no lo sepa ni el becario que redactó el comunicado.
El 2% TAE, ese tótem sagrado que ahora tiembla como gelatina. Durante meses, Sabadell se paseó por los anuncios como si fuera Moisés bajando del monte con las tablas de la ley:
“Somos el único banco con un 2% TAE de verdad, anual, fijo, firme, eterno… ¡un monumento financiero!”
Ah, el 2% TAE…
Ese porcentaje que repetían más que un vendedor de enciclopedias en los años 90.
Ese símbolo de estabilidad que parecía grabado en piedra.
Pues bien.
La piedra ya no vibra, directamente está agrietada.
Porque cuando la victoria te sale cara, alguien tiene que pagarla.
Y, sorpresa, rara vez lo paga el Consejo de Administración.
La duda que nos puede surgir ¿Por qué podría bajar ese 2%? La respuesta técnica es simple... porque conviene.
Los motivos oficiales: contexto económico, optimización de balances, volatilidad de mercados, reestructuración estratégica, blablablablá…
Los motivos reales:
1. Hay que recuperar dinero, y rápido. La guerra contra el BBVA no se financia con abrazos ni likes en LinkedIn, aunque lo parezca.
2. El mercado no perdona, pero el cliente sí… porque no le queda otra. Reducir rentabilidades es el equivalente bancario de “no es personal, son negocios”.
3. La épica batalla sale cara, el marketing más, y las acciones regaladas aún más. Toca equilibrar el Excel. ¿Cómo? Exacto, bajando de donde duele menos.
4. Si el barco se mueve, se suelta lastre. Y ese lastre eres tú. Con cariño.
Pulir el brillo… aunque por dentro sea hojalata. A si que en resumen, Sabadell va a seguir sonriendo en sus anuncios, diciendo que todo va fenomenal, que el futuro es prometedor y que la victoria es total e incuestionable.
Pero, como buen banco moderno, te enseñará el brillo… no el metal.
Porque:
Las acciones no brillan como hace una semana.
El valor real se ha desinflado.
El 2% TAE tambalea.
El control del mercado se intenta con deseo, no con datos.
El relato es firme, pero la realidad es líquida.
Muy líquida.
Y ya sabemos lo que pasa con las cosas líquidas, que se escapan entre los dedos si no las aprietas bien.
El Banco Sabadell ganó la batalla contra la OPA, pero la posguerra está dejando claro que:
Parte del valor se ha evaporado.
Las promesas se están revisando con lupa.
El mercado tiene menos fe que un notario ateo.
Y el relato corporativo ya no cuela tan bien como durante la fiesta.
Si buscas en Google OPA BBVA Sabadell, acciones Sabadell, cuenta online 2% TAE Sabadell, rentabilidad Sabadell, o posguerra financiera, la respuesta es:
Lo que parecía oro… era purpurina corporativa.
Y la lluvia ha empezado a caer.